"Espero al final de mi vida, haber encontrado todos los valores de la niñez" (Miró)

LA FRUSTRACIÓN


1.- LA FRUSTRACIÓN COMO ELEMENTO EDUCATIVO

La frustración es el sentimiento que surge cuando no logramos nuestros deseos y ante la que, de acuerdo a la intensidad de la frustración y a nuestras propias características personales, reaccionamos de diferente manera (molestia, ansiedad, depresión, angustia, enojo, etc).
Tolerar la frustración significa poder enfrentar los problemas y limitaciones que tenemos a lo largo de la vida, a pesar de las molestias o incomodidades que nos puedan causar.
La frustración es un sentimiento que forma parte del desarrollo humano saludable, por tanto los niños deben ir  aprendiendo desde muy pequeños que no todos los deseos, pueden ser satisfechos.

Sin embargo, si durante la infancia la frustración no es manejada de forma adecuada, puede acarrear dificultades, mostrando comportamientos inadecuados para su edad tan conocidos como familiares: niños que rompen cosas, hacen rabietas, patean a sus padres,  etc.


Para enseñar a los niños a manejar la frustración:

-          Es necesaria una pequeña dosis de ella, ya que es beneficiosa para el crecimiento emocional.

Si el niño tiene el afecto de sus padres aunque se equivoque, tendrá la seguridad de contar con ellos y aprenderá a manejar la frustración de manera adecuada. Cuando los padres son demasiados sobreprotectores y no permiten que el niño aprenda a resolver sus problemas, difícilmente éste, aprenderá a tolerar la frustración cuando se le presenten obstáculos que le impidan satisfacer sus deseos.

-          Evitar la gratificación ilimitada para que el niño adquiera un aprendizaje gradual de tolerancia a la frustración.

En la vida nuestros hijos se encontrarán miles de trabas a lo largo de su vida. Decirles “no” cuando sea necesario, poner límites, permitirles que resuelvan los problemas por sí solos y dosificar las gratificaciones, son cuotas de frustración que les permitirán aprender a tolerarla, confiar en sus capacidades y saber renunciar a los deseos de manera normal.
El resultado final de una infancia sin ningún tipo de frustración, con todos los caprichos colmados y sin límites, es el niño histérico; más actitudes egocentricas, más actitudes infantiles, mayor inestabilidad emocional y mayor falta de control.
Los comportamientos de una persona adulta con baja tolerancia a la frustración son los siguientes:
-          Creen que tienen que obtener todo lo que quieren y por ello exigen, ordenan e insisten para que se satisfagan sus deseos a toda costa.
-          Creen que es necesario que la vida sea siempre fácil y cómoda.
-          Creen que cualquier dificultad, demora, fracaso, etc., es demasiado horrible para soportarla.
-          Confunden sus deseos con necesidades.

                                          2.- LA IMPORTANCIA DE LOS LÍMITES


* Unas frases para opinar:

1. “Los padres y madres tenemos el deber de hacer felices a nuestras hijas e hijos”
2. “Si me lo puedo permitir; ¿Por qué no voy a dárselo?
3. “No quiero que les falte de nada”
4. “¡Que haga lo que quiera, ahora que puede!”
5. ¡Mientras vivas aqu,í harás lo que yo te diga!
6. “Si uno hace las cosas que debe hacer cuando debe hacerlas, algún día podrá hacer las cosas que quiere hacer cuando quiera hacerlas”

Al poner límites a los niños les ayudamos a aprender a autorregularse, es decir; la manera de poner límites para ellos mismos.  El proceso del aprendizaje de la autorregulación y el dominio de sí mismo empieza en la infancia.

La permisividad y la falta de límites es causa de desorientación y de inseguridad  puesto que el niño carece de referentes para orientar su conducta. Su autocontrol será bajo y puede convertirse en una persona poco tolerante a las frustraciones con problemas para afrontar los problemas y gestionar la incertidumbre y el caos.

¿Por qué nos cuesta poner límites a nuestros hijos e hijas?

·         Porque no nos sentimos suficientemente fuertes para enfrentarnos a nuestros hijos.
·         Porque demasiado a menudo somos complacientes con nuestros hijos para compensar el poco tiempo que les podemos dedicar.
·         Porque cuando nuestra autoestima no pasa por su mejor momento, queremos ser aceptados por nuestros hijos.
·         Etc.

Pautas para padres y madres

·         El niño tiene que aprender que rebasar los límites puede traer consecuencias negativas para él. En cualquier caso, esas consecuencias deben ser proporcionadas y, a poder ser, inmediatas para que el niño lo entienda perfectamente.
·         Poner límites a las conductas, no a los sentimientos.
·         En lo posible, las reglas y los castigos deben ser pactados entre los padres y los hijos.
·         Conviene recordar que lo que más influye en nuestros hijos no es lo que les decimos o lo que les hacemos, sino cómo "somos". Por eso, la educación representa no sólo revisar nuestras conductas con ellos, sino nuestra forma de ser como personas.
·         Es normal que los niños prueben tanteando a sus padres para comprobar hasta dónde pueden llegar. Es en ese momento cuando más firmes deben mostrarse los padres. Si ceden, luego es más difícil dar marcha atrás.

* Los efectos de no poner límites moldean a un niño que nunca tiene suficiente, que exige cada vez más y que tolera cada vez peor las negativas, un niño que crece con una escasa o nula tolerancia a la frustración.

3.- TOLERAR LA FRUSTRACIÓN ES UNA HABILIDAD QUE SE DESARROLLA.

La frustración es parte de la vida. No podemos evitarla, pero sí podemos aprender a manejarla y a superarla. Generalmente es en la infancia cuando aprendemos a tolerar la frustración.
Cuando un niño es muy pequeño, cree que el mundo gira alrededor de él. Piensa que se merece todo lo que quiere, en el momento en que lo quiere. No sabe esperar, porque no tiene el concepto de tiempo, ni la capacidad de pensar en los deseos y necesidades de los demás.


Considera sus deseos como si fueran necesidades y esta confusión es consecuencia de la actitud anterior de los padres ante las necesidades básicas de sus hijos: el llanto del bebé.
La confusión de los niños llega cuando éstos crecen y empiezan a ser autónomos y “necesitan” otro tipo de cosas además de atención, comida, aseo, sueño y que le calmen la ansiedad. Y ahí es cuando lo padres deben empezar a establecer la diferencia. No todo lo que pide el niño ha de ser satisfecho inmediatamente, ni todo lo que se le antoja, se le debe proporcionar al instante.
Por eso, cualquier límite o cualquier cosa que le niega, lo siente como algo injusto y terrible. No puede entender por qué no le dan lo que él desea. Se siente frustrado y despojado de lo que "necesita" en ese instante. No tiene las herramientas para eliminar, disminuir o tolerar su malestar.
Si los padres o las demás personas le dan siempre lo que pide y en el momento en que lo hace, no aprende a "aguantar" la molestia que le provoca la espera o la negación de sus deseos y al llegar a la edad adulta, sigue sintiéndose mal ante cualquier límite o ante la necesidad de posponer una satisfacción. Siente que necesita eliminar inmediatamente dicho malestar. ¿Cómo? Haciendo lo más fácil o lo primero que se le ocurra, con tal de ponerle fin a su molestia o incomodidad. Piensa sólo en el bienestar a muy corto plazo, sin tomar en cuenta los resultados a mediano y a largo plazo.
La poca tolerancia a la frustración provoca que, ante cualquier incomodidad, nos desmotivemos y abandonemos nuestras metas y proyectos. Que nuestros deseos pierdan importancia. Esta falta de tolerancia está relacionada con las creencias que implican que mi vida debe de ser fácil, cómoda y placentera todo el tiempo. Que es horrible e intolerable sufrir cualquier molestia que va más allá de cierto nivel de intensidad o de duración.
Siempre podemos aprender a ser más tolerantes ante la frustración. Porque la frustración es parte de la vida y es inevitable. Para ello necesitamos tener paciencia. La paciencia es la fortaleza para enfrentar el dolor sin perturbarnos emocionalmente.

4.- ACTIVIDADES PARA REALIZAR CON NUESTRAS HIJAS E HIJOS

1.- Para trabajar la imposibilidad de conseguir todos los deseos.
1.) Observar y descubrir con ellos situaciones cotidianas en las que las personas no logran lo que desean (perder el autobús, no poder apuntarse a danza, no poder abrir la puerta, etc.)
2.) Explicar situaciones en las que nosotros nos hemos frustrado (no poder hacer un viaje por encontrarnos enfermos, no ganar la lotería, no poder comprarnos un libro que nos apetece por tener que ahorrar, etc)
-Se trata de ayudar los hijos a tomar conciencia de que todos los deseos no son posibles y que en la vida diaria hay situaciones de frustración que no deben bloquearnos. Hay que seguir a pesar de las dificultades.
3.) Comentar cualquier programa, película o cuento en el que se presenten casos relevantes de personas que no logran sus deseos (un equipo que pierde la final, un concursante que pierde una final, una niña que no puede tener el juguete que quiere, etc). Concluir de forma positiva resaltando, que a pesar de todo, hay que continuar intentándolo.
2.- Para que adquieran la capacidad de plantear alternativas a un acto fallido o que presenta dificultades.
1.) Animar a los hijos a que jueguen con otros compañeros si los primeros no le aceptan, en lugar de refugiarse en un rincón.
2.) Estimular a los hijos para que se esfuercen en terminar los trabajos que empiezan y, si hay que corregirlo, que lo modifiquen siguiendo las instrucciones que le habéis dado.

3.) Observar con los hijos que, cuando en casa se propone hacer algo en común, siempre hay alguien que no logra sus deseos y, pese a ello, cede de buena gana.
4.) Acostumbrar a los hijos a reconocer sus propias limitaciones y a pedir ayuda cuando lo necesiten.
5.) Darles ejemplos de que el triunfo va ligado a superar los pequeños fracasos que constantemente nos surgen en la vida"
6.) Comentar historias o cuentos en donde se narren las dificultades que experimentaron exploradores famosos o científicos, por ejemplo, hasta lograr alcanzar el éxito. Comentar cómo si no hubieran insistido, si hubieran abandonado, no habrían descubierto nuevas tierras, nuevos inventos... que tanto han aportado a toda la humanidad.
3.- Para que desarrollen un adecuado control de conductas irresponsables o socialmente inadecuadas ante la frustración (tozudez, manías, insensatez...)
1.) Los padres deben indicar a sus hijos cuando su conducta es inapropiada:
  • Porque no sea oportuna en ese momento.
  • Porque no se tengan medios.
  • Porque no de tiempo a realizarla.
2.) A través de las imágenes de cuentos o películas comentar las conductas insensatas y las consecuencias que de ellas se derivan.
3.) Animar a los hijos a realizar pequeños esfuerzos para vencer dificultades en tareas que haya abandonado por comodidad o por capricho.
4.) Acostumbrarlos a que, a pesar de que tenga muchas ganas de algo (merendar, cenar,...), debe esperar sin pedir las cosas de forma machacona o impositiva.
4.- Para que adquieran una actitud de superación de la frustración y resistencia a la misma
1.) Ayudar a que los hijos descubran que cuando una persona fracasa en sus objetivos, tiene que seguir realizando sus tareas:
  • El padre o la madre tienen que irse a trabajar en muchas ocasiones estando cansados y sin tener ganas.
  • La madre o el padre tienen que preparar la cena aunque tienen fiebre y se encuentran mal.
  • ...
2.) Ayudarles a observar a aquellas personas (padres, abuelos, tíos...) que ante problemas y dificultades tratan de poner buena cara a los que conviven con ellos.
3.) Enseñarles que de los errores se obtienen enseñanzas que nos hacen mejorar.
4.) Observar películas en las que los personajes manifiesten una línea de conducta coherente con nuestra escala de valores y nuestros objetivos educativos.

Maite Martínez de Albéniz



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