"Espero al final de mi vida, haber encontrado todos los valores de la niñez" (Miró)

Cómo conseguir que nos hagan caso. ¿Cuál es mi estilo educativo?



1.- DIFERENTES ESTILOS EDUCATIVOS

¿CÓMO ES TU HOGAR? Es importante pensar cual es el tipo de hogar que estamos ofreciendo a nuestros/as hijos/as, ya que, las características de nuestro hogar irán marcando los diferentes rasgos de personalidad de los/as niñas/os.


Hogar Democrático

- Se refuerzan las habilidades de los niños y niñas, aumentando su autoestima y autonomía.
- Las madres y los padres conversan con los hijos e hijas y les explican las reglas que tienen que cumplir. Las reglas son elaboradas con ellos y ellas, son racionales y funcionales.
- Se enseña con respeto no con miedo (gritos, golpes…). Impulsan a sus niñas y niños a ser independientes poniendo límites y control sobre sus acciones.
- Se dan muestras de afecto.
- Se pide a los niños y niñas que asuman responsabilidades acordes a su capacidad.
- La comunicación familiar es buena.

*Las niñas y niños que crecen en hogares democráticos son activos, respetuosos, competitivos, sociables, independientes, cariñosos, tienen un sistema moral interiorizado, con alta autoestima y buen nivel de autocontrol, capaces de persistir en las tareas que inician, capaces de afrontar nuevas situaciones, curiosos y no conformistas.

Hogar Autoritario

- Se ponen reglas rígidas y autoritarias.
- La comunicación con las hijas e hijos es mala (escasa o interrogatorio).
- Se dan pocas muestras de afecto.
- Se controla a la niña o niño mediante el miedo (gritos, insultos, golpes…). Se consigue cambiar su conducta momentáneamente. Obligan a sus hijos e hijas a que les respeten con límites demasiado firmes.
- Los padres y madres dominan todo, sin dejar lugar a acuerdos o intercambio de opiniones. Afirmación del poder.

*Los niños y niñas que crecen en hogares autoritarios son más agresivos, tienen una autoestima más baja,  peor rendimiento escolar, menos respetuosos, más conformistas, muy dependientes, poco alegres, poco espontáneos, rígidos y poco expresivos afectivamente.

Hogar Indiferente

- Las madres y padres no se involucran en la vida de sus hijos e hijas.
- Las niñas y niños no tienen la atención que necesitan para desarrollarse adecuadamente. Son madres y padres que no pasan tiempo con sus hijas e hijos y no atienden sus necesidades de amor, respeto, buena alimentación y atención.
- Crecen sin límites claros y sin estimulación de sus habilidades intelectuales, afectivas y sociales.

*Los niños y niñas de hogares indiferentes se quieren menos a sí mismos, tienen un pobre autocontrol  de sus impulsos y necesidades, no se sienten importantes, poseen comportamientos socialmente inadecuados, no desarrollan sus habilidades y no están motivados hacia el logro.

Hogar Permisivo

- Las madres y padres están  involucradas en la educación de sus hijos e hijas.
- La comunicación es buena y a veces, excesiva.
- Tratan a sus hijos e hijas como iguales.
- Imponen pocos límites o restricciones sobre la conducta de los niños y niñas. En muchas ocasiones desautorizan a los adultos y consiguen lo que quieren.
- Dejan que sus hijos hagan lo que deseen.

- Son afectuosos.
- No plantean a sus hijas e hijos tareas para ir asumiendo responsabilidades acordes a su edad.

*Las niñas y niños de hogares permisivos no aprenden a controlar su comportamiento, tienen poca capacidad para asumir responsabilidades, tienen un sistema moral pobre, se frustran rápidamente cuando no consiguen lo que quieren, tienen baja autoestima, les cuesta respetar a los demás y compartir. Suelen ser niños y niñas alegres y vitales.

2.- LA IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN

- La escucha activa facilita la comunicación (mostrar respeto hacia los otros escuchando con todo nuestro ser, expresar las opiniones como personales, mostrar empatía, aceptar el malestar, respetar los turnos y evitar las expresiones de juicio.
- Utilizar el lenguaje positivo.
- Crear un clima emocional que facilite la  comunicación.
- Conocer los diferentes estilos de comunicación: estilo agresivo, estilo inhibido y estilo asertivo.

3.- LA IMPORTANCIA DE LOS LÍMITES

  

Pautas para padres y madres

·         Las normas deben ser explicadas de manera clara y simple.
·         Poner límites a las conductas, no a los sentimientos.
·         Lo que más influye en nuestros hijos, no es lo que les decimos o les hacemos, sino cómo "somos".
·         Es normal que los niños prueben tanteando a sus padres para comprobar hasta dónde pueden llegar. Es en ese momento cuando más firmes deben mostrarse los padres.
·         En lo posible, las reglas y las consecuencias de no cumplirlas deben ser pactadas.
·         Rebasar los límites tiene consecuencias. Las consecuencias tienen que ser proporcionadas e inmediatas.
·         Cuando les pedimos algo, ser explícitos y asegurarnos de que lo han entendido.
·         Dar motivos sin excedernos en la explicación. Los niños y niñas reaccionan ante los hechos.
·         Ser constantes y coherentes.

*Al poner límites a los niños les ayudamos a aprender a autorregularse, es decir; la manera de poner límites para ellos mismos.  El proceso del aprendizaje de la autorregulación y el dominio de sí mismo empieza en la infancia.

* Los efectos de no poner límites moldean a un niño que nunca tiene suficiente, que exige cada vez más y que tolera cada vez peor las negativas, un niño que crece con una escasa o nula tolerancia a la frustración.


4.- ¿QUÉ HACER PARA QUE ME HAGAN CASO?

1.- Hacer  peticiones acordes a su edad  y capacidades. Asegurarnos de que el niño es capaz de hacer lo que le pedimos.
2.- Felicitarle cuando hace las cosas bien. Suele ocurrir que les decimos las cosas que hacen mal, y no las que hacen bien.
3.- No pedirle varias cosas  a la vez, sino mandarle una cosa cuando haya terminado lo anterior. Es importante evitar frases como “Ponte el pijama, lávate los dientes y vete a la cama”,  ya que pueden provocar el rechazo por parte del niño.
4.- Hablarle de forma agradable.  Evitar dar las órdenes gritando o enfadados.
5.- Explicarle por qué le pedimos algo. Comprender el fin de tu petición ayudará a que la lleve a cabo sin poner impedimentos.
6.- Evitar las órdenes a distancia.  El contacto visual favorece que los niños obedezcan.
7.- Refuerzo positivo
8.- Hablarle en positivo. Si le decimos “no corras”, “no grites” conseguiremos pocos resultados.  Si decimos: habla en voz baja, ven andando, lo entenderá mucho mejor.
9.- La autoridad es eficaz si:
                                                                                             
 - Existe consenso entre el padre y la madre.
 - Se ejerce de modo participativo y se sabe llegar a acuerdos.
 - Tiene como fin la educación de los hijos y su autonomía.
 - Es coherente con la conducta de los propios padres.
 - Se apoya en valores y normas estables.
 - Se traduce en hechos.

10.- La disciplina positiva
Consiste en centrarse en el aspecto positivo de todo lo que rodea a la educación:

·         POTENCIAR comportamientos deseados, mejor que prohibir los no deseados
·         ELEGIR los mejores MOMENTOS para educar, frente a hacerlo a bote pronto.
·         PREMIAR más que castigar.
·         Aprovechar y RECONOCER LOS PUNTOS FUERTES como apoyo para mejorar en los débiles, frente a olvidar los puntos fuertes y centrarse en criticar los débiles.
·         Crear hábitos a través de la libertad, frente a crear costumbres a través del miedo y la autoridad.
·         Criticar hechos concretos, en lugar de desacreditar a la persona entera: “este cuarto no está recogido”, frente a “eres un desordenado” o “no sabes ordenar tu cuarto”.
·         PREVENIR y ANTICIPARSE, frente a corregir

Por, Maite Martínez de Albéniz

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